DAVID BOHM: SOBRE EL DIALOGO Normalmente solemos iniciar un grupo de dialogo hablando sobre el dialogo, exponiendo los motivos que nos llevan a emprenderlo, de su significado, etcétera No creo que sea muy inteligente comenzar un grupo antes de que la gente haya pasado, al menos hasta cierto punto, por todo eso. Cambien puede emprenderse el dialogo sin pasar por ahí, pero hay que tener en cuenta que, mas pronto o mas tarde, este tipo de cuestiones terminaran presentándose De modo que, si piensan organizar un grupo de este tipo, les sugiero que comiencen hablando sobre la naturaleza del dialogo con las personas que se muestren interesadas en el tema. Y no deberíamos preocuparnos excesivamente por si estamos dialogando o no, porque ese suele ser uno de los principales obstáculos y, en cualquier caso, no es lo mas importante. Así que convendrá comenzar, durante un tiempo, hablando sobre la naturaleza del dialogo. En mi opini6n, el significado del termino <<dialogo>> es algo distinto del que suele atribuirse le El origen etimol6gico de las palabras suele servir de ayuda para comprender su significado y, en este sentido, el termino <<dialogo>> proviene de la palabra griega diálogos, una palabra compuesta de la raíz logos, que significa <<palabra>> (o, en nuestro caso, <<el significado de la palabra>>) y el prefijo día. que no significa <<dos>> sino <<a través de>>. E~1 dialogo no s610 puede tener lugar entre dos sino entre cualquier numero de personas e incluso, si se lleva a cabo con el espíritu adecuado, una persona puede llegar a dialogar consigo misma. La imagen que nos proporciona esta etimología sugiere la existencia de una corriente de significado que fluye entre, dentro y a través de los implicados. El dialogo hace posible, en suma, la presencia de una corriente de significado en el seno del grupo, a partir de la cual puede emerger una nueva comprensi6n, algo creativo que no se hallaba, en modo alguno, en el momento de partida. Y este significado compartido es el <<aglutinante>>, el <<cemento>> que sostiene los vínculos entre las personas y entre las sociedades. Comparemos esto con el significado de la palabra <<discusi6n>>, un termino que tiene la misma raíz que las palabras <<percusi6n>> y <<concusi6n>>, y cuyo significado es disgregar. El termino <<discusi6n>> subraya la idea de análisis, de personas que sostienen puntos de vista diferentes y que, en consecuencia, conciben y desmenuzan las cosas también de modo distinto, lo cual, obviamente, tiene su importancia, pero resulta limitado y no nos permite trascender la divergencia de puntos de vista. En este sentido, la discusi6n se asemeja al pimp6n en que las ideas van y vienen y en que el objetivo es ganar o conseguir el mayor numero de tantos posible. Tal vez, en un juego de estas características, se apele a las ideas de alguien para respaldar las propias, pero el objetivo, en cualquiera de los casos, es vencer. Estos son, al menos, los cauces por los que habitualmente suele discurrir una discusión. Ahora bien, ~,por que es necesario del dialogo? Si la gente tiene dificultades para comunicarse aún en el seno de un pequeño grupo, que no ocurrirá en un grupo de unas treinta o cuarenta personas, a menos que haya un propósito definido o que alguien se encargue de encauzarlo. Esto es así porque cada uno de los participantes sostiene creencias y opiniones diferentes. Y no se trata de creencias superficiales sino de creencias básicas, creencias que giran en torno a cuestiones realmente fundamentales como, por ejemplo, el sentido de la vida, los propios intereses, los intereses de su país o los intereses religiosos, es decir, todo aquello que uno piensa que es importante. Y es que la gente no suele tolerar fácilmente el cuestionamiento de sus creencias mas profundas y suele defendelas con una gran carga emocional. En breve discutiremos este punto, pero veamos antes un ejemplo a este respecto. Hace un tiempo organizamos un dialogo en Israel y, en un determinado momento, comenzamos a hablar de política. Alguien dijo entonces, de pasada y sosegadamente: <<El principal obstáculo, en este sentido, es que el sionismo esta obstaculizando las relaciones entre árabes y judíos>>. En ese mismo momento, uno de los participantes no pudo-contenerse y, levantándose de golpe, replico conmocionado, con el rostro congestionado por la ira y los ojos casi fuera de sus 6rbitas: <<;Sin la existencia del sionismo este país ya se hubiera disgregado en mil pedazos!>>. ~,Que podemos hacer nosotros en una situaci6n como esa en la que las personas sostienen creencias fundamentales tan irreconciliables? Porque es evidente que este tipo de creencias son las que dan lugar a los problemas políticos que azotan a nuestro mundo. Y el caso que estoy describiendo es relativamente mas sencillo que algunas de las creencias habituales del campo de la política El hecho es que albergamos todo tipo de creencias, no s610 creencias políticas, econ6micas y religiosas, sino también creencias sobre lo que pensamos que debería hacer un individuo, sobre el significado de la vida, etcétera Tambien podríamos denominar <<opiniones>> a las creencias. La palabra <<opini6n>> tiene diversas acepciones, pero una opini6n es fundamentalmente una suposici6n. Cuando un medico, por ejemplo, expresa su opinión, esta manifestando la mejor suposici6n que puede hacer basándose en las evidencias de que dispone. Tal vez entonces, si se trata de un buen medico y no se empeña en defender su postura, agregue: <<Pero, como no estoy completamente seguro, lo mejor sera que busquemos una segunda opini6n>>. Y. en el caso de que esta segunda opini6n discrepe de la suya, no reaccionara enfurecido -como lo hizo quien salt6 ante el comentario sobre el sionismo- diciendo: <<~,C6mo se atreve usted a decir eso?>>. Este tipo de opini6n seria un buen ejemplo de una opini6n racional pero, lamentablemente, la mayor parte de las opiniones no caen dentro de esta categoría sino que son defendidas a capa y espada porque la persona se halla identificada con ellas y tiene demasiados intereses a ese respecto. El hecho es que el dialogo no solo esta sometido a la Preston de nuestras creencias sino también de todo lo que se encuentra detrás de ellas. FUENTE: DAVID BOHM - SOBRE EL DIÁLOGO, EDITORIAL KAIRÓS, 1996
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